Alzó la vista, estaba oscuro. No era plan, las nubes corrían. Ya no se veía más allá del parque. No era pésimo querer definirse allí, enmarcarse, delimitarse hasta un punto: metafísicamente ser. Para hacer frente a la monocromía, lo óptimo sería explotar, restregarse la cara con la sombra de ojos de Grace.