Misteriosamente, pasa.
Misteriosamente, les perdí.
La nieve silenciaba la arena
y sobre algunos árboles
se acumulaban,
como frutos,
masas frías de copos.
Corrían las nubes,
avanzaban sin aparente causa.
Imaginé un paisaje bucólico,
pero la habitación dolía
y las horas caían
por la ventana.
Allá,
abajo,
varias esculturas
se hacían pequeñas,
más pequeñas,
diminutas,
ya invisibles.