ME COLOCO DE ENFERMOS



lunes, 21 de febrero de 2011

EL PARADIGMA DE LO ROSÁCEO

Abajo vivían las beatas
con la sombra de un muerto.
El hijo perforado por
la palabra difícil.
Una mala praxis médica,
algo que acabó con su peritoneo.

Y al final había una casa,
la casa de la miseria.

Los jóvenes de arriba,
con lo poco que tenían,
habían emigrado más al Norte.
La mujer del tercero,
obesa, sedentaria y fatigada,
luchaba entre botellas y basura.

Y al final había una casa,
la casa de la miseria.

Gabriel comía vegetales.
Se erigió paradigma de lo rosáceo.
Paseaba, arriba y abajo,
con un carro
los pocos números
de una calle muy sucia.

Y al final había una casa,
la casa de la miseria.

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