Piden los polluelos.
Hay que ver cómo piden.
Piden alimento.
Se arman de rabia por el pico.
Piden insectos y gusanitos.
Piden,
y hay que ver cómo piden.
Que, ipso facto,
van los pájaros
a los árboles.
Que, en pleno oteo,
descubren un motín de artrópodos,
una orilla de néctar,
un caracol de semillas.
Y, al volver,
piden los polluelos.
Y hay que ver cómo piden
que, del furor, parecen volar...
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