ME COLOCO DE ENFERMOS



miércoles, 12 de noviembre de 2014

LA UNIÓN HACE LA FUERZA

Soy una pieza, diminuta y aislada. Tengo un sueño que, frecuentemente, se repite: veo cómo soy ensamblada a una máquina, entonces adquiero un sentido en el engranaje. Y de súbito, me despierto con mucha angustia al comprobar que estoy desunida. Un corazón no es nada sin el resto. ¿De qué sirve un cerebro si no está unido a un cuerpo? Para ser eficaz y útil debemos aliarnos y asociar nuestras fuerzas. Así una muñeca puede hablar o andar, porque toda ella ha sido ensamblada. Pienso en Mary Shelley y su criatura (Frankenstein), pero también en la gente.

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