Intentó hacer sombra
con el alimento de pandas.
Intentó lo imposible
en su camarote de florista.
Más calor y más agua,
más mimo, más luz.
Podía ser intuición,
pero apuntaría
su metralleta de ojos botánicos
con su mejor carga,
apuntaría directo y sin compasión.
Apuntaría y acabaría
en la terraza
su esqueje de desazón.
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