ME COLOCO DE ENFERMOS



domingo, 24 de marzo de 2013

AGUAS PANTANOSAS

No me dejes solo,
dijo el siluro.

No me dejes a merced
de estas aguas incontrolables.

Nada cerca de mí,
dijo el anciano siluro
a la carpa más grande.

 La carpa,
que parecía Dios,
diosa de las aguas,
el vientre más brillante
entre las ventrescas.

 No huyas de mí,
 gritaba el siluro.

Y, de repente,
una hoja,
la que un abedul perdió,
cayó sobre el pantano.

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