ME COLOCO DE ENFERMOS



domingo, 3 de marzo de 2013

PLANICIES SIN FIN

Había un león de doradas melenas.

Apareció el viento,
crujían las ramas.
Sonaba, estrépito, la reserva.

Por el camino que regentaba el baobab,
había un león y un claro de luna.

 Había un león,
 una leona
 y la jirafa que,
 doblada,
se reflejaba en las aguas.

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